miércoles, 25 de septiembre de 2013

VICTIMIZACIÓN Y DELINCUENCIA

Reconstrucción facial para la identificación de una víctima desconocida

Cohen y Felson, en su Teoría de las actividades rutinarias, explican la victimación y el delito mediante tres elementos que convergen en el espacio y en el tiempo, y que son interdependientes: 

1. La presencia de objetivos o víctimas adecuadas.
Los delincuentes buscan víctimas accesibles, descuidadas o con problemas emocionales. En los casos de violencia doméstica, muchas veces existe una victimización previa, es decir, la víctima ha podido sufrir malos tratos por parte de sus padres o de anteriores parejas.
Cuando el sujeto encuentra recelo por parte de la víctima potencial, puede llegar a dedicar mucho tiempo en ganarse su confianza. Normalmente saben aparentar durante la "fase de encantamiento" que tienen una vida normal: pueden decir cosas como que estudian o trabajan, que tienen amigos (desde hace mucho tiempo), que tienen aficiones y actividades, etc. Y suelen añadir un elemento muy eficaz para ganarse la confianza de la víctima: el victimismo. Cuentan historias en las que han sido víctimas de la maldad de sus padres, sus ex-parejas o incluso de acoso laboral. 

2. La ausencia de vigilantes o protectores eficaces.
Al hablar de protectores eficaces los autores se refieren policía, a cualquier ciudadano capaz de defenderse a sí mismo, a otros o las propiedades propias o ajenas.
Me viene a la memoria un caso en que el agresor llegó a pinchar las ruedas del coche a la madre de la víctima para que no pudiera ir a recogerla al gimnasio. En este caso el sujeto atacó al protector para crear una mayor indefensión en la víctima. Por ello, es conveniente que las víctimas potenciales tengan conocimientos de auto-defensa y que cuenten con apoyo social. 

3. La presencia de delincuentes motivados. 
Los delincuentes suelen tener desarrolladas habilidades para elegir blancos adecuados y para evitar protectores. 

Muchas víctimas de delitos generan el llamado "miedo al delito", que sorprendentemente puede llegar a favorecer una victimización posterior. Me explico, si una chica sufre acoso y, como consecuencia se aísla socialmente, esto hace que sea más vulnerable porque se reduce el número de protectores potenciales. 

Bibliografía: LAGUNA HERRERA, S; Manual de Victimología, Universidad de Salamanca, 2008.
Foto: Exposición "Un siglo en la escena del crimen", Burgos 2011. Organizada por la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses (SECCIF).

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