lunes, 28 de abril de 2014

ROBOS Y ESTAFAS A ANCIANOS (II)

A parte de las terribles consecuencias que sufre la víctima en vida, después de su muerte sus herederos se pueden encontrar con testamentos que no respetan las legítimas o con que directamente han desaparecido todos los bienes.

Si buscamos en Internet jurisprudencia sobre impugnación de testamentos, observamos un gran número de sentencias en las cuales el motivo de la solicitud de nulidad es la falta de capacidad del testador.

Esto presenta los siguientes problemas: en primer lugar, el Notario ha de comprobar en el momento del testamento que el testador esté en plenas facultades mentales, e incluso puede solicitar la intervención de un facultativo. La fe pública notarial es muy difícil de desvirtuar, aunque legalmente existe una presunción iuris tantum, es decir, cabe prueba en contra.

En segundo lugar, se presenta el problema de acreditar que el testador no estaba en pleno uso de sus facultades. En casi todos los casos la enfermedad diagnosticada al testador es el Alzhéimer. Aunque se presenten informes médicos de la época del testamento, no se puede saber con certeza si el testador firmó el testamento en un momento de “lucidez” o si sus facultades estaban afectadas por la enfermedad. En los casos en los que la enfermedad esté muy avanzada, suele figurar en los propios informes médicos que el paciente no puede realizar ningún acto administrativo.

En tercer lugar, si el delincuente ha robado al anciano bienes antes de su fallecimiento. Nos encontramos con la misión casi imposible de rastrear dichos bienes y recuperarlos.


Si se encuentra ante una situación de esta naturaleza, le recomiendo la lectura del siguiente artículo: http://blogs.elcorreogallego.es/letrada/2013/06/05/la-accion-de-nulidad-de-un-testamento

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